Laura y yo nos propusimos horas antes de las campanadas ahorrar 1 euro durante los 12 primeros días de enero para salir a cumplir con nuestro ritual del copazo afterwork el 13. Justo para la fecha me entero de la inauguración de la coctelería/snackería que Albert y Ferran Adrià han abierto con los hermanos Iglesias (de la marisquería Rías de Galicia) y vamos para allá. Su nombre es 41º, no por una determinada graduación alcohólica, sino por el paralelo que pasa por Barcelona y por la avenida en la que está ubicado.
Aparcamos la moto frente al local, con ventanas de cristal biselado verde botella que ocultan el interior casi totalmente a los ojos del transeúnte. Un portero adorable de buenas maneras parecido a Nik Kershaw/Tintín y con un look muy 80s nos comenta que está completo, y, tras un titubeo, decidimos esperar, total, somos las primeras de la cola de aspirantes. Unos 15 minutos más tarde dos parejas más aguardan con nosotras, y en ese momento podemos entrar.
Nuestra paciencia se ve recompensada con dos sillones de Kartell -modelo Smoke Chair de Maarten Baas- en lugar de sillas, de diseño también. Desde nuestro ángulo contemplamos todo el espacio: la larga barra tipográfica con sus taburetes, y las mesas para dos y asientos distribuidos por la sala. No serán más de 35 plazas. Calaveras de búfalos y toros bravos tuneadas -los Craniums de Álvaro Soler Arpa-, colgadas en las paredes con acabado de desconchados, dan personalidad al lugar, pudiendo traer a la memoria los escenarios de la clandestinidad que la ley seca generó en EE.UU. Pero ellos (El Equipo Creativo) dicen que se ha querido recrear el concepto de plató y quizá por eso hay mobiliario y elementos decorativos realizados con partes de maquinaria cinematográfica, con un friso de terciopelo como telón de fondo y vitrinas a modo de cajas de luz suspendidas que invitan a pedir champagne.
Enseguida un camarero nos trae la carta de cócteles “ilegales y legales” y la de snacks dulces y salados. Optamos por un Mojito (XXL, sigo pensando que los mejores los hacen en Brown33) y un Aviation (deliciosa y me temo que adictiva combinación de ginebra, Maraschino, zumo de limón y crema de violeta).
Para acompañar, primero unos sabrosos crêpes Pekín, homenaje al pato laqueado, y dulces aunque no empalagosos pétalos de flor de violeta.
Segundo round -para descubrir al máximo, dentro de nuestras posibilidades, la propuesta-: ligerísimos profiteroles de grosella negra y yogur y marshmallows (nubes) de lima y coco en perfecto equilibrio.
Toda una demostración del saber hacer en sus respectivos oficios de Marc Álvarez y Albert Adrià, que ofrecen por primera vez en la ciudad copas y pasatiempos dulces. La carta incluye grandes hits de elBulli como las olivas sferificadas o las algas crujientes de quinoa, y ostras (al natural o condimentadas: con ponzu de yuzu y huevas de salmón, con lichis y puré de horseradish, con caviar de aceite de oliva y vinagre de Jerez, con menta y fingerlime y con caviar Schrencki). Dios mío, se acabará la temporada de meses con r y no habré comido ninguna...
Compartiendo los platillos, 20 € a escote. Estamos cómodas, el servicio es bueno, la música acompaña a un volumen moderado, por lo que nadie levanta la voz para hablar, y antes de irnos tenemos la suerte de que uno de los socios, al que conocemos casualmente, o por sincronicidad, nos regale una visita comentada por el contiguo y conectado Tickets Bar La vida tapa, aún en obras y con apertura prevista para febrero, que expenderá las tapas clásicas y vanguardistas, carnes y lo que se tercie a la parrilla, chuchis y bocados para golosos de los Adrià.
Si os apetece ir al 41º no tardéis, en cuanto lo descubran los turistas las colas serán eternas.
Av. Paral·lel, 164. Barcelona. T. 93 292 42 50. Abierto de martes a sábado de 17 a 2 h. Cocina de 17 hasta las 11 h.
Os felicito!!! me está encantando este blog!!! seré asidua y claro ya estoy en el grupo de dones gourmet en facebook!
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